¿Por qué en España no hay prensa humorística? ¿Es que no hay hueco en el kiosco para La Codorniz del siglo XXI? Es verdad que todavía hoy sobrevive El Jueves, pero no puede decirse de que sea la sucesora de La Codorniz porque dista mucho de ser "la revista más audaz para el lector más inteligente". Murió Hermano Lobo y apenas sobrevivió El Cocodrilo de Alfonso Ussía.
¿Por qué ocurre esto aquí que siempre ha habido buena sátira política y magníficos humoristas gráficos? Hay una explicación bien sencilla. La actualidad, la información pura y dura, los despachos de agencia, sin necesidad de tocarles una coma, son tan graciosos que resultan imposibles de mejorar. ¿No me creen?
Así, a bote pronto, recuerdo lo de que la Universidad de Sevilla iba a permitir copiar en los exámenes, el discurso de Miguel Ángel Moratinos en lingala, lo de Maleni, que no quería presentarse por la "circuncisión" de Málaga, o cuando Zapatero dijo aquello de que la tierra es del viento, o lo de Bono, que siendo ministro de Defensa prefería morir a matar, o lo de la Pajín con la conjunción planetaria.
Ustedes dirán que eso no vale, que más de siete años de zapaterismo dan para mucho, pero lo discutible es que den para tanto como para hacer inviable un semanario de humor. Bueno, pues vean las siguientes noticias, que son todas de hace menos de una semana.
Según Ramón Jáuregui (¡Jáuregui, no Maleni ni Pajín!) ha dicho que a Zapatero lo recordará la Historia "porque con él se inició un camino difícil, pero se empezó a recuperar y resolvió problemas muy graves". No hay ironía que pueda mejorar semejante augurio de cuál será el juicio de la Historia sobre Zapatero.
Otra: "Marruecos reclama la mitad de los ingresos de La Alhambra de Granada". Se supone que tan brillante idea partió del ministro de Cultura marroquí. Es verdad que la noticia ha sido desmentida, pero lo increíble es que haya que desmentirla porque, de no hacerlo, todos hubiéramos creído en su autenticidad.
Más: Blanco dice que los mercados desconfían de Rajoy porque aumenta la prima de riesgo cuando se anuncian elecciones anticipadas. Es verdad que, viendo que no se reía nadie en la rueda de prensa, el sujeto aclaró que se trataba de un chiste. Y ahí está lo gracioso, en cómo puede permitirse un ministro Zapatero gastar bromas por la agobiante situación económica que padecemos, entre otras cosas, por su culpa.
La última: Elena Salgado, tras recordar que le porcentaje de deuda con relación al PIB es superior en Alemania a lo que lo es en España, admitió que Alemania tampoco tendrá problemas en el futuro para pagarla. Ángela Merkel debe estar muy agradecida a Salgado por haber apoyado al poco fiable bono alemán.
Con semejante competencia, es imposible sacar con éxito un semanario de humor. Cuando vengan tiempos más serios, si es que llegan, veremos.
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