En el día a día de la vida te vas encontrando con gente
buena y gente no tan buena. A estos últimos los voy a obviar. Pero la gente que
merece la pena, la que está feliz cuando tú lo estas, y la que se entristece al
mismo tiempo que tú, es a la que va dirigida esta carta. Bueno realmente no es
una carta, es un pensamiento que voy escribiendo al mismo tiempo que lo voy
pensando. Es cierto que muchas veces pienso eso de:”cuanto más conozco al ser
humano, más quiero a mi perro”, pero son rabietas temporales, provocadas con
algún pequeño altercado con alguien puntual. Realmente en la vida hay personas
maravillosas que cuando menos te lo esperas, saltan y se te ponen delante de
ti, demostrándote que el ser humano es capaz de brillar a niveles impensables. Cuando tienes una pequeña alegría y piensas que no le importa a nadie, y te sorprendes con que esta también alegra a un montón de tus amigos. Ojala tenga tiempo y medios para devolver a todos ellos todo o parte de lo que
me han dado. Seria maravilloso.