lunes, 27 de abril de 2009

La Muerte ¿Es progreso?

Estoy leyendo, en ratos libres, un libro realmente impactante. Se titula ‘Seducidos por la muerte’, ha sido editado por Planeta y lo ha escrito el doctor Herbert Hendin, consejero delegado y director médico de Suicide Prevention International y catedrático de Psiquiatría en el New York Medical College.

Hendin es un experto mundial en prevención del suicidio y ha viajado a Holanda para comprobar ‘in situ’ cuál es el resultado de la aplicación de la ley permisiva con la eutanasia y el suicidio asistido. Ha entrevistado a médicos, pacientes y enfermeros. Ha estudiado a fondo los datos oficiales sobre muerte terminal. Y ha extraído sus conclusiones.

Pues bien. Sus análisis e informes han sido utilizados por el Tribunal Supremo norteamericano para declarar que no existe el derecho constitucional al suicidio asistido.

Estas son algunas de las ideas que he sacado del libro:

  • [Tras su visita a Holanda] “La aceptación de la eutanasia ha llevado a que se descuide el desarrollo de los cuidados paliativos. La eutanasia, que se había propuesto como solución necesaria para unos pocos casos extremos, se ha convertido en una manera casi rutinaria de tratar la ansiedad, la depresión y el dolor en pacientes graves o terminales”.
  • “Lo que he visto en Holanda y Estados Unidos me ha convencido de que hay que evitar la legalización de la eutanasia porque los cuidados paliativos se descuidarían y empeorarían”.
  • “Es imposible regular la eutanasia. Saqué esta conclusión de los informes del gobierno holandés, de hablar con los investigadores que los hicieron, y de los casos que me presentaron. El hecho de que el reconocimiento legal crea un clima cultural que favorece la desobediencia a cualquier normativa es algo que queda bien reflejado en que el 25 por ciento de los médicos reconocen haber dado medicinas para acortar la vida sin el consentimiento de los pacientes”.
  • “Pocos médicos saben que es posible eliminar todos los dolores con cuidados paliativos adecuados, si se incluye la sedación en los casos necesarios. Cuando se dan cuenta de esto, la mayoría de los médicos prefieren esos métodos”.
  • “Los defensores de la eutanasia han exagerado el número de médicos que la practican, y dicen que hay que legalizarla para así poder regularla. El argumento no parece muy convincente: ¿hay que cambiar la ley simplemente porque no se respeta?, y ¿qué nos hace pensar que los que ahora no cumplen la ley después van a respetar las normas que entonces se propongan? La experiencia de Holanda nos indica más bien que la legalización crea un clima favorable a la desobediencia a las normas”.
  • “Tenía curiosidad por saber cómo reaccionaría Eugene Sutorius [célebre abogado defensor de médicos en casos de eutanasia] al decirle que miles de pacientes lúcidos y no lúcidos eran llevados a la muerte sin su consentimiento. Cuando se lo comenté me dijo que había momentos en los que los médicos sentían que tenían que actuar porque los pacientes o las familias no podían hacerlo. Sabía de un caso en que un doctor había puesto fin a la vida de una monja unos días antes de que hubiera fallecido por muerte natural porque tenía muchos dolores y el médico sabía que las convicciones religiosas de la monja no le permitían pedir la eutanasia. Sutorius no encontró ningún argumento, sin embargo, cuando le pregunté por qué no se le había permitido a la monja morir de la forma en que quería”.


Es increíble esto... ¿Y cómo este tipo de investigaciones y estudios no aparecen nunca en la prensa?. Pues.. muy sencillo. Estas informaciones no salen en la prensa porque hay una intensa campaña en favor de legalizar la eutanasia. Ello exige presentarla como una demanda social extendida, para lo cual se muestran como si fueran habituales casos excepcionales y numéricamente irrelevantes. En paralelo, es imprescindible ocultar cualquier dato que contradiga lo opinión que nos quieren imponer. En España se lleva haciendo así habitualmente desde hace 30 años en muchos asuntos: divorcio exprés, aborto, eutanasia, educación, enfoque de género, pacifismo, energía nuclear...


5 comentarios:

  1. Yo no puedo estar de acuerdo con ese libro... siempre he pensado, independientemente de lo que digan políticos, televisiones, libros, incluso los propios médicos, que la gente tiene (y si no lo tiene, debería) derecho a elegir una muerte digna, siempre y cuando su caso sea lo suficientemente grave... ya sé eso de: "¿Y si dentro de un mes surge un remedio?" pero, ¿y cuantas posibilidades "reales" hay, cuanta gente pasa años y años en coma irreversible, por ejemplo, sin ni siquiera ser conscientes de que están vivos? ¿Cuantos años se ha llevado en coma esa mujer italiana antes de que la desconectaran? Y Berlusconi llama "asesinos" a sus familiares por hacerlo... como si tomar esa decisión fuera fácil, tanto para los afectados como para los familiares. Tiene que haber un motivo muy poderoso para que alguien quiera morir, y siempre he pensado, y pensaré, que para vivir sufriendo, o haciendo sufrir a quienes te rodean, mejor morir, siempre que seas tú quien lo elijas.
    Eso de que permitir la eutanasia sirviera para no tener que investigar los remedios a estos casos, no me lo creo, la verdad... suena demasiado arrastrado hasta para este mundo.
    Pienso que regular eutanasia también sería el modo de evitar que quienes no tienen motivos realmente poderosos, y sólo se trate de depresiones pasajeras, etc. pongan fin por su cuenta a una vida que podría tener arreglo.
    Por otra parte, ahí tenemos a Ramón San Pedro, un hombre que tenía muy claro que no quería esa vida, ya que para él eso no era vivir. No le proporcionaron la muerte digna que pedía y él mismo se la buscó. Y yo lo comprendo.
    En mi opinión, lo que no es el progreso es obligar a una persona y a sus familiares a vivir sufriendo, cuando ellos mismos quieren ponerle fin a ese sufrimiento.
    Saludos.
    Rosa.

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  2. Es difícil, hasta para mi, dialogar con alguien que dice “siempre he pensado y pensaré”, demasiado contundente, drástico y radical. De todas formas lee el post completo pues los dos casos a los que aludes, son los “habituales casos excepcionales y numéricamente irrelevantes” a los que me refiero casi al final del post.
    En cualquier caso prefiero para mi una muerte indigna, es decir natural.

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  3. ¿Crocea Mors? ¿Eres Jesús?
    Lo de "siempre he pensado y pensaré" sólo lo digo porque dudo que vaya a cambiar mi forma de pensar sobre este tema. Aunque ya se sabe eso de "nunca digas nunca".
    Pos supuesto, yo defiendo la eutanasia siempre que esté lo suficientemente justificada, pero es que de momento ni siquiera se permite eso, ¿O el caso de esta mujer de Italia no era lo suficientemente grave? Y Berlusconi intentando sacarse una lay de la manga para aprobarla a contrarreloj, antes de que los familiares tuvieran tiempo de desconectarla... y encima los llama asesinos. Eso ya no es defender una opinión (que siendo presidente más que defender las suyas debería oír las de la gente), es ensañarse con los que no piensan igual, a mala leche.
    Yo no sé dónde está el límite de lo que soy o no soy capaz de aguantar, pero si en algún momento, y espero que no, me viera en una situación en la que ese límite se sobrepasara, y todo lo que me quedara por delante fuera sufrimiento, querría morir.
    Rosa.

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  4. Entonces, si tienes la mente abierta a nuevos conceptos y tu opinión es permeable a nuevas ideas, yo te sugeriría, que leyeras un ensayo de filosofía existencialista, escrito por Rafael Gambra, que se titula "El silencio de Dios". Creo que te puede aportar contundencia a tu convencimiento. Pero es un tema muy serio, por favor no te quedes con lo anecdótico (Berlusconi... etc)

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  5. Hola, escribe Gabriel Romero, desde Santa Fe, Argentina.
    Tu post me ha ayudado mucho, yo debo rendir un coloquio de bioetica, donde uno de los principales temas es, justamente, la eutanasia.
    Más allá de que mi escuela sea una escuela religiosa (Catolica), he chocado con las posturas de la Iglesia en muchos temas. Pero coincido en ver a la eutanasia como innaceptable. ¿Por qué? Por tres razones básicas, el ejemplo claro de lo ocurrido con su legalizacion en Holanda, el cual fue totalmente desfavorable. Otra es, que durante la eutanasia no se respetan dos de los principios propuestos por el informe Belmont, aceptados universalmente. Y por último es la simple reflexión de que nadie quiere morir, las personas que optan por el suicido lo hacen inmersos en depresiones o presiones familiares. Un saludo, muchas gracias. Gabriel, 15 años

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