Es interesante averiguar por qué las antiguas civilizaciones de Centroamérica no habían llegado a la Edad del Hierro. Algunos espíritus simplones gustan reducir todo un complejo fenómeno cultural a un solo parámetro: si una sociedad no domina las técnicas del bronce y el hierro debe clasificársela como neolítica, en el mejor de los casos. Esta visión unidimensional de la cultura parecía una prueba más de que, sencillamente, "no estaban hechos" para la tecnología. Mas ahora su ego nacionalista puede estar a salvo, gracias a una investigación realizada en la Universidad de Pennsylvannia, y que indirectamente da luz a la cuestión.
Sucede que una arqueóloga (Tamara Stech), un metalurgista (R. Maddin) y un historiador (J. D. Muhly) se pusieron a estudiar con detalle la transición de la Edad del Bronce a la del Hierro, que ocurrió cosa de 2500 años antes de nuestra era. La combinación de sus diversas especialidades, permitió integrar una visión muy completa de esa revolución, tan importante en el desarrollo de las civilizaciones, además de aportar algunas explicaciones novedosas. La conclusión a la que llegaron es que el cambio al hierro no se dio sólo porque este metal sea "mejor", sino simplemente porque el estaño, (uno de los dos componentes del bronce) sufrió una escasez mayor que si hubieran existido nuestros modernos especuladores. Según esta investigación, la técnica para obtener el hierro y fabricar objetos con él, se conocía en el Cercano Oriente varios siglos antes de que su uso se generalizara. Fue la aguda escasez del bronce lo que empujó a esas civilizaciones a buscarle un sustituto adecuado, mediante un proceso que llevó unos 500 años.
La explicación de Stech, Maddin y Muhly es novedosa por su énfasis en la importancia de la necesidad: mientras las sociedades podían seguir satisfaciendo sus necesidades económicas y bélicas con el bronce, el hierro estuvo relegado a piezas de ornamentación y de magia. Es, en esencia el mismo tipo de mecanismo social al que Arnoldo Toynbee llamaba "la virtud de la adversidad" Entonces, en una cultura donde no escaseara el material en boga (ya sea piedra o metal), y que no estuviera en competencia desventajosa con otra cultura, no aparecería la necesidad de hacer ningún cambio tecnológico. Este mismo argumento serviría también para explicar por qué los nahuas, (indios que habitaron la altiplanicie mexicana y la parte de América Central antes de la conquista de estos territorios por los españoles), usaban juguetitos con ruedas (como los que están en varios museos), y sin embargo nunca construyeron una carreta tamaño adulto. Mientras no escasearan los porteadores para cargar...
Sucede que una arqueóloga (Tamara Stech), un metalurgista (R. Maddin) y un historiador (J. D. Muhly) se pusieron a estudiar con detalle la transición de la Edad del Bronce a la del Hierro, que ocurrió cosa de 2500 años antes de nuestra era. La combinación de sus diversas especialidades, permitió integrar una visión muy completa de esa revolución, tan importante en el desarrollo de las civilizaciones, además de aportar algunas explicaciones novedosas. La conclusión a la que llegaron es que el cambio al hierro no se dio sólo porque este metal sea "mejor", sino simplemente porque el estaño, (uno de los dos componentes del bronce) sufrió una escasez mayor que si hubieran existido nuestros modernos especuladores. Según esta investigación, la técnica para obtener el hierro y fabricar objetos con él, se conocía en el Cercano Oriente varios siglos antes de que su uso se generalizara. Fue la aguda escasez del bronce lo que empujó a esas civilizaciones a buscarle un sustituto adecuado, mediante un proceso que llevó unos 500 años.
La explicación de Stech, Maddin y Muhly es novedosa por su énfasis en la importancia de la necesidad: mientras las sociedades podían seguir satisfaciendo sus necesidades económicas y bélicas con el bronce, el hierro estuvo relegado a piezas de ornamentación y de magia. Es, en esencia el mismo tipo de mecanismo social al que Arnoldo Toynbee llamaba "la virtud de la adversidad" Entonces, en una cultura donde no escaseara el material en boga (ya sea piedra o metal), y que no estuviera en competencia desventajosa con otra cultura, no aparecería la necesidad de hacer ningún cambio tecnológico. Este mismo argumento serviría también para explicar por qué los nahuas, (indios que habitaron la altiplanicie mexicana y la parte de América Central antes de la conquista de estos territorios por los españoles), usaban juguetitos con ruedas (como los que están en varios museos), y sin embargo nunca construyeron una carreta tamaño adulto. Mientras no escasearan los porteadores para cargar...
Me encantan las historias y la forma de darnos un momento de reflexion, gracias y espero no dejes de publicar, sinceramente Erica.
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