¿Por que el cine español tiene tan poca aceptación general por el público? Sencillo de contestar, las películas, tienen su aprobación y valía en función de la calidad de las mismas, un autor recoge frutos solo cuando su trabajo se considera de importancia y en caso contrario, se considera un fracaso tanto a nivel popular como de crítica. Pues bien, esta norma se rompe en el cine español, aquí se producen grandes cantidades de películas, obteniendo de inmediato la subvención económica, y para nada importa la calidad y acogida que la película tendrá después, (por no hablar de las cuotas de pantalla, que impone el Ministerio de Cultura). Se dan casos de obras que prácticamente no se estrenan; da igual, el beneficio económico, ya esta en los bolsillos de los productores.
Esta carencia de aliciente e incentivo al trabajo bien hecho, tiene dos inconvenientes, primero, premia los ejercicios mediocres o sencillamente insufribles, y segundo, iguala estos con las escasas excepciones, -que también las hay- convirtiendo el cine de producción española en una amalgama homogénea en la que es imposible discernir, lo que vale y lo que directamente es aplicable a llenar el cubo de la basura.
Los tres problemas importantes a que se enfrenta el cine patrio, son el exceso de sexo gratuito y guiones soeces, el anticlericalismo ancestral, con especial atención a ridiculizar la religión católica y la excesiva ideologización partidista a que se enfrenta. El espectador medio, esta harto de ver siempre los mismos estereotipos, caricaturizados, en la que el sentido inicial que incorporó el cine negro, -es decir ni los buenos son tan buenos ni los malos, tan malos- se aplica. Aquí se disfraza de Belcebú siempre a los mismos, y se pinta con imágenes angelicales e inocentes a los del otro bando. (Perdón por lo de “angelicales” para los aconfesionales).
En el cine es más importante “como se cuenta”, que “lo que se cuenta”. He visto muchas obras maestras, en las que no “ocurría” prácticamente nada, y también, muchos tostones en los que me han contado en noventa minutos, doce novelas de Fiódor Dostoyevski.
En fin, entre alguien que hace cine y alguien que hace películas, existe la misma diferencia que entre el pintor, Diego Velázquez, y el que diseña los folletos para seguir el Museo del Prado. Pero…Siempre nos quedará París.
Esta carencia de aliciente e incentivo al trabajo bien hecho, tiene dos inconvenientes, primero, premia los ejercicios mediocres o sencillamente insufribles, y segundo, iguala estos con las escasas excepciones, -que también las hay- convirtiendo el cine de producción española en una amalgama homogénea en la que es imposible discernir, lo que vale y lo que directamente es aplicable a llenar el cubo de la basura.
Los tres problemas importantes a que se enfrenta el cine patrio, son el exceso de sexo gratuito y guiones soeces, el anticlericalismo ancestral, con especial atención a ridiculizar la religión católica y la excesiva ideologización partidista a que se enfrenta. El espectador medio, esta harto de ver siempre los mismos estereotipos, caricaturizados, en la que el sentido inicial que incorporó el cine negro, -es decir ni los buenos son tan buenos ni los malos, tan malos- se aplica. Aquí se disfraza de Belcebú siempre a los mismos, y se pinta con imágenes angelicales e inocentes a los del otro bando. (Perdón por lo de “angelicales” para los aconfesionales).
En el cine es más importante “como se cuenta”, que “lo que se cuenta”. He visto muchas obras maestras, en las que no “ocurría” prácticamente nada, y también, muchos tostones en los que me han contado en noventa minutos, doce novelas de Fiódor Dostoyevski.
En fin, entre alguien que hace cine y alguien que hace películas, existe la misma diferencia que entre el pintor, Diego Velázquez, y el que diseña los folletos para seguir el Museo del Prado. Pero…Siempre nos quedará París.
Estoy completamente de acuerdo con este post. Me parece lamentable que seamos tan poco originales en tantas y tantas películas que 'triunfan' en este país buscando la diferenciación 'casposa' de las dos Españas. Lo peor de todo es que el devenir político en la actualidad no deja entrever un punto de inflexión a esta tendencia.
ResponderEliminarAy amigo, cómo se te ve el plumero, jeje... ¿Qué tiene que ver el "exceso de sexo gratuito" con la calidad de una película? En cuanto a lo del "anticlericalismo" -que tampoco tiene nada que ver con la calidad- es lógico. A muchos se les olvida que durante décadas vivimos una dictadura brutal (más tarde dictablanda) donde los curas eran parte fundamental de ese sistema, y sí, es verdad, los curas hoy no hacen daño, pero no porque no quieran, si no porque ya no les hace nadie ni puto caso, ya no tienen poder, si les hicieran caso, prohibirían los preservativos y el aborto, y eso sólo para empezar. A tí lo que te pasa es que te jode el sexo explícito y que critiquen a la religión, como a tantos españoles, y como no te atreves a expresarlo claramente, lo disfrazas en plan "es que esta escena de sexo, sería más elegante si fuera más sutil, menos explícita..." y chorradas por el estilo. Y que conste que a mí el cine español también me parece regular, pero lo que hay que hacer es mejorarlo, de la forma que sea, y no putearlo en plan "es que sale demasiado sexo", o "es que está muy subvencionado" y gilipolleces por el estilo. Ah, por cierto, a mí las películas de Almodóvar (tan vilipendiado por los ultras del PP) de los 80 me flipan, dejan a la altura de la mierda a muchas películas de hollywood, y me encanta que salieran salvajadas y "sexo explícito". Las de los 90 no las he visto.
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