martes, 22 de enero de 2008

Diario de un perro

Este cuento, que circula por la red, (no sé quien es el autor). La primera vez que lo leí, me dejo en un estado de postración y culpabilidad, si, culpabilidad, por pertenecer a un género, el humano, que a pesar de tener grandes cualidades, tiene en algunos casos el alma muy enferma. Reconozco, que alguna lagrima me costo, espero que a ti te pase lo mismo, es la mejor señal de que no perteneces al grupo que acabo de mencionar.


Una semana: Hoy hace una semana que he nacido. Qué alegría haber llegado a este mundo.

Un mes: Mi mamá me cuida muy bien. Es una mamá ejemplar.

Dos meses: Hoy me separaron de mi mamá. Ella estaba muy inquieta y con sus ojos me dijo adiós. Espero que mi nueva familia humana me cuide tan bien como ella me ha dicho que harán.

Cuatro meses: He crecido rápido, y todo me llama la atención. Hay varios niños en la casa que para mí son como hermanitos. Somos todos muy inquietos, ellos me tiran del rabito y yo les mordisqueo jugando. Nos divertimos mucho.

Cinco meses: Hoy me regañaron. Mi ama se molestó porque me hice pipí dentro de casa, pero nunca me habían dicho dónde hacerlo. Además duermo en un cuartito...y ¡ya no aguantaba más!

Ocho meses: Soy un perro feliz. Tengo el calor de un hogar, y me siento tan seguro, tan protegido...Mi familia humana me quiere y me deja hacer muchas cosas. Cuando están comiendo yo les pido algo y siempre me lo dan. Y el jardín de casa es estupendo, y puedo escarbar como mis antepasados los lobos, escondiendo la comida. Creo que nunca hago nada mal porque nunca me dicen nada...

Doce meses: Hoy cumplí un año. ¡Soy un perro adulto! Mis amos dicen que crecí más de lo que ellos pensaban. Seguro que se sienten orgullosos de mí...

Trece meses: Que mal me sentí hoy. Mi hermanito, uno de los niños, me quitó la pelotita. ¡Yo nunca le quito sus juguetes! Así que se la quité, pero mis mandíbulas se han hecho fuertes y le hice daño sin querer. El gritó y lloró y yo me sentí muy triste. Después del susto me encadenaron casi sin poder moverme. Hacía mucho sol y tenía mucho calor y no había agua cerca...Y les oí decir que iban a tenerme en observación o algo así, y que soy un desagradecido. No entiendo nada.

Quince meses: Ya nada es igual. Vivo en la azotea y me siento muy solo. No se por qué mi familia ya no me quiere. A veces se les olvida que tengo hambre y sed, y cuando llueve no tengo ningún techo para cobijarme.

Dieciséis meses: Hoy me bajaron de la azotea. Me puse muy contento de que me perdonaran, y daba saltos de gusto, y movía el rabito como nunca. ¡Y además me van a llevar de paseo! Monto en el coche y espero a ver a dónde me llevan, tengo muchas ganas de correr y jugar con mi familia. Paramos, abrieron la puerta y yo me bajé feliz. Estábamos en la carretera, al lado de un campo y pensé que pasaríamos un día estupendo. No entiendo por qué cerraron la puerta y se fueron. ¡Esperadme!, les grité, ¡Os olvidáis de mí! Corrí detrás del coche con todas mis fuerzas, muy angustiado, iba viendo que no podría alcanzarles, que no podía correr más y el coche se iba haciendo pequeñito. Me habían olvidado.

Diecisiete meses: He intentado encontrar el camino para volver a casa y no lo he conseguido. Estoy perdido. A veces me encuentro con gente buena que me mira triste y me da algo de comer. Yo les doy las gracias con la mirada, y les digo que querría que me adoptaran, que les prometo ser leal como nadie...pero sólo dicen "pobre perrito, se debe haber perdido". Y se van y me dejan sólo otra vez.

Dieciocho meses: Es otro día pasé por un colegio y ví a muchos niños como mis antiguos hermanitos. Me acerqué y un grupo de ellos, riéndose, me lanzó una lluvia de piedras, "a ver quien tiene mejor puntería", decían. Una de las piedras me dio en un ojo y ya no veo con él.

Diecinueve meses: Ahora ya no se me acerca casi nadie, creo que es porque ya no soy un perro bonito. Estoy muy flaco, perdí mi ojo, tengo alguna herida de algún perro más fuerte que me mordió cuando intentaba comer y hace mucho que nadie me cepilla el pelo. La gente no me acaricia. Últimamente lo que abundan son los escobazos que me dan cuando intento dormir un poco a la sombra de alguno de sus porches.

Veinte meses: Casi no puedo moverme. Hoy intenté cruzar la calle por donde pasan coches y uno me atropelló. Aunque yo creo que estaba en un lugar seguro...y no olvidaré la mirada de satisfacción del conductor que hasta se ladeó con tal de darme...Si me hubiera matado...pero que va, sólo me dislocó la cadera y el dolor es horrible. Mis patas traseras no se movían, así que con mucha dificultad me arrastré hacia el borde del camino, donde había un poco de hierba.

Llevo diez días bajo el sol, la lluvia y el frío, sin comer. Ya no me puedo mover nada, el dolor es insoportable. Me siento muy mal, cuando llovió se hizo un charco donde yo estaba y como no podía moverme estuve mojado muchísimo tiempo, y creo que mi pelo se está cayendo. Alguna gente pasa sin verme, otros me dicen "no te acerques"...¡pero si ni me puedo mover!

Ya casi estoy inconsciente, pero una fuerza extraña me hizo abrir los ojos. Una mujer muy dulce me decía "pobre perrito, cómo te han dejado". Junto a ella venía un señor de bata blanca, que empezó a tocarme y dijo "lo siento señora, pero esto ya no tiene solución, es mejor que deje de sufrir". A la señora se le saltaron las lágrimas y asintió, y como pude, moví el rabito agradeciéndole que me ayudara a descansar. Sentí un pinchazo de la inyección y me dormí mientras ella me acariciaba la cabeza, pensando porqué tuve que nacer si nadie me quería.

10 comentarios:

  1. hola,magnifico blog,te invito a participar en mi modesto blog para estar ordenados todos juntos,
    http://aquiestatublog.blogspot.com
    te conocerán un poco mas
    visito y elijo los blog de uno en uno,utilizo los comentarios, es mas rápido,pero si consideras que es spam,te pido perdón y disculpas

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  2. la vida de los perritos es muy triate para algunos. al leer esta historia me puse a pensar k no deberiamos dejar a los perros asi es algo muy malo

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  3. pucha.. me dio mucha pena la historia de este perro..
    ¿el perro murió verdad?
    ii no se k decir ahora le daré el kuento a mi amiga es beiio el perro pobrecito

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  4. No puedo dejar de llorar, es una historia realmente triste que me rompe el corrazon, algunas personas realmente no tienen sentimientos y nunca le deseo eso a alguna criatura, a algon pobre perrito. Historias como estas son las que corrompen mi corazon y no me puedo imaginar la tristesa y dolor de un pobre animal que sufre tal tormento.

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  6. La historia es triste y muy real, a veces cuando los perritos dejan de ser puppies ya no los ven tan graciosos. Yo he recogido perritos de la calle para ayudarlos y son bien agradecidos...

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  7. Hola que tla?, muy bueno tu blog y me gustó este artículo.
    Quisiera que des una vuelta por mi blog http://calculometal.blogspot.com/
    donde encontrarás poemas y otrtas cosas de mi autoría. Bueno agradecería que comentes y me hagas conocido, necesito opiniones.
    Bueno sin más que decir me despido, chao suerte

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  8. Desgraciadamente tenemos muchos casos como este. Hay muchos perros esperando ser adoptados por gente como tu...a quien quizas tenga el compromiso de dar un pedazito de su vida cada dia a un animal que esta sufriendo sin merecido alguno. Yo he adoptado una perra y ella, ahora, forma parte imprescindible en mi vida. Piensa que por mas bien que te portes con ellos, nunca llegarás a darles tanto como ellos te dan a ti. ADOPTA!!! Este es un ejemplo WWW.PROTECTORABCN.COM

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  9. encerio esta historia me indundo de lagrimas la primera vez q lo leí pero la segunda vez refleccione y llore mas que la primera y pienso, que sería de mí si me pusiera en el lugar del pobre perrito...

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  10. A mi me lo han pasado por e-mail y da mucha pena!!

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